Escondite

Los tiempos cambian y la otrora flautista de Hamelín que ahora es una renombrada fotógrafa enseñaba a los pocos niños que quedaban como sus amigos, sus hermanitos o sus compañeros de escuela se retorcían y tentaculeaban antes de volverse tan tan tan minúsculos que podrían haberse colado por cualquier rendija hacia fuera si se tratase de una cámara normal. Los niños de tres reinos y docena y media de repúblicas estaban ya viviendo en ese cacharro tan pequeño. ¿Y los adultos? A los adultos no los encogía porque todos esos niños semiprimigenios por pequeños que fueran comían una auténtica barbaridad.

Compartir: