Están convencidos de que no pueden ver el tiempo solo porque es un concepto abstracto pero la realidad es mucho más compleja: los humanos son incapaces de distinguir las partículas de las que están hechas las horas y los días. Si pudiesen ver que los segundos se estrellan contra sus frentes como balas perdidas en un tiroteo vivirían aterrorizados pensando que las horas les explotarán en las manos. A los pies de cada persona perdiendo el tiempo se abre un abismo profundo como una catarata. Es por su propio bien que viven ajenos al peligro. Cuestión de vida o muerte.