El Canchal de los Dos Ojos

El camino que lleva hasta el Canchal de los Dos Ojos está resguardado por dos pequeños muros de piedra. Mi hermana y yo lo recorríamos varias veces todos los veranos, Inés creía que lo que me gustaba era el Canchal, pero en realidad de lo que más disfrutaba era del paseo. Ella me cogía de la mano y mientras caminábamos despacio a la sombra del muro me iba contando miles de historias. Siempre me pareció más divertido ir que llegar. Porque como en la vida, lo que importa es el camino y las cien palabras que lo acompañan.

¿Nos vamos?

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