Soy yo, soy ella

Es una lucha a muerte. Soy la mayor, eso está claro. He criado hijos y me ocupo de un marido gruñón. Cuido de mi anciana madre y, aunque en la imagen no se aprecia, he empezado a peinar canas. Sin embargo, siempre estoy ahí, al acecho. La niña. También soy yo. La niña aparece en cuanto me cruzo con una pelota de colores, con un bizcocho recubierto de azúcar, con una canción de corro. Me estira hacia su mundo, me quiere llevar a su casita de chocolate, al castillo, a las nubes. Soy yo, soy ella. Y, créanme: es terrorífico.

Compartir: