Muy quieta

—Cucú…

—Estate quieta.

—Cucú…

—Vete a tu cuarto.

—Cucú… ¡tras!

—Deja, que me haces reír.

—¿Por qué quieres salir seria? Estás más guapa cuando te ríes.

—Como sigas dándome conversación, voy a salir hablando.

—¿Y qué tiene de malo salir hablando?

—Nada. Bueno… Creo. No sé.

—Di «patata».

—No me hagas reír.

—Di «croqueta».

—Ahora has conseguido que me entre hambre.

—¿Queda mucho? ¡Señor! ¡Señor! ¿Puedo salir yo en la foto? Prometo estarme muy quieta. Como cuando mamá se murió y nos hicimos el retrato con ella. Pues yo, tan quieta como mamá.

—Ahora has conseguido quitarme el hambre.

—¡Croqueta!

Compartir: