El futuro ya está aquí

Un futuro sin guerra. Eso es lo que la señora bien vestida les había dicho que verían si se asomaban a aquel agujerito que les señalaba. Los dejó mirar uno por uno. Todos esperaron pacientemente su turno. Laura vio muchos árboles, verdes, gigantescos. Clara, unos bichos rarísimos, de los que su madre decía que había en el zoo y una noche se habían escapado después de un bombardeo. Joachim vio un montón de piedras enormes, llenas de musgo. No se ponían de acuerdo. En nada. Bueno, sí, en una sola cosa: nadie había visto en aquel paisaje ni un humano.

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