—¿Se ven por ahí? ¿En el agujero?
—Claro, miras aquí y encuadras la imagen. Cuando estás conforme con la composición, pulsas el botón y se dispara la cámara. Entonces inmortalizas la escena.
—¿Puedo mirar?
—Pero no todos a la vez, de uno en uno.
—¡Oye, sin empujar! Yo primero, que soy la mayor.
—Primero Francisco, que es su cumpleaños.
—…
—¿Pasa algo?
—Es que ahí… Ahí hay gente. Son pequeñitos y están tristes.
—No todo el mundo sonríe para la cámara, claro.
—Tienen miedo… ¡Y se mueven! Parece que piden ayuda.
—A casi nadie le gusta que le roben el alma.