Ahí están

Se había propuesto no hacerlo con excesiva frecuencia, pero no podía evitarlo. ¿Quién podría?

De modo que se asomó otra vez.

Ahí seguían.

Algunos habían crecido, otros, en cambio, eran tan tenues que tenía que esforzarse para verlos, varios se habían movido de lugar. Los cambios siempre la sorprendían. Se preguntaba dónde se habrían escondido los que ya no estaban ahí, por dónde habrían escapado. Le habría gustado saber por qué unos desaparecían para siempre y otros iban y volvían como si las puertas no existieran.

Pero así es con los recuerdos: siempre hacen lo que les da la gana.

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