Cuántico quiero ser

Entrar saliendo y salir entrando, a ese perfecto estado cuántico quiero llegar. Ese sencillo privilegio pretendo, no otro. Y lo deseo para poder librarme de la pertinaz incertidumbre, de la indecisión venenosa y de la angustia general de la vida. Eso, y no amor ni armas, quiero.

Deroguen ya, por el amor de Dios, el verbo excluir, señores académicos, dejen de abominar de la contradicción y no permitan que el binomio “ambas cosas” siga constreñido.

No volar, ni ser invisible, ni fundir el acero con la mirada, solo quiero poder salir entrando y poder entrar saliendo, como cualquier persona normal.

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