– Siempre me hace lo mismo.
– Déjala. Es la pequeña.
– Claro. Pero se cree que es la reina de la casa.
– Ya. Yo también tengo una hermana pequeña. Son así.
– Se la voy a quitar. Es mía. La he cazado yo.
– Déjala. Mira lo feliz que está.
– Pero es que siempre es igual. Yo hago algo y ella se lleva los aplausos.
– No te enfades. Venga, vamos a buscar otra, te ayudo.
– No sirve. Míralos, a nadie le importa quién la cazó. En cuanto lleguemos a casa le diré que es adoptada.
– No es verdad y no te creerá.
– Pero dudará.
[ajax_load_more post_type=”post” posts_per_page=”20″ category__not_in=”1″ pause=”true” button_label=”Más historias” button_loading_label=”Cargando…”]
Etiquetas: diálogo, familia