Caza y captura

Lo había dejado en el bolsillo de aquel vestido. Era de color verde, creía. O puede que fuese azul. ¿Quizá rojo? Estaba en el bolsillo derecho. Eso era seguro. Y, desde entonces, recorría la ciudad a la caza de aquel vestido. Ya había terminado con las tiendas que seguían abiertas. Ahora iba con su bastón de caza a la busca de vestidos verdes, azules, rojos, en tiendas abandonadas. Se las arreglaba para entrar, miraba en el bolsillo derecho, en el izquierdo. Seguía cazando. Ahí había uno azul. Seguro que era ese. ¿Cómo podría entrar? Metió la mano en el bolsillo.

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