En bandeja

Nuestra pequeña 11…
Tan rapidilla.
Siempre en boca de nuestro entrenador. «Once esto». «Once aquello»…
¿Qué sería de nuestro equipo sin ella?
Igual no volveríamos a perder, como aquella vez que se le escurrió la pelota tontamente. Lo que es seguro es que ya no podrá pasar eso de que cuando ganemos, parezca que todo el mérito era suyo, solo suyo. Como si nuestros placajes no se lo pusieran en bandeja.

Como está ahora aquí, en su velatorio.
Con lo que le gusta a ella el protagonismo. Bueno, le gustaba.
Ya le dije yo que llevaba el casco mal ajustado…

Etiquetas: infancia, muerte, nostalgia
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