Pedrita Pan

Sigo asomada a la puerta, esperando ver llegar a esa mujer que todos decían que iba a ser algún día; a esa mujer en la que imaginaba que esta niña se convertiría.

A pesar de los años, la sigo esperando, algo contrariada, porque no tengo nada que ver con lo que de pequeña imaginé; porque sigo siendo la misma niña que era entonces.

La espero para meterme corriendo en casa y atrancar puertas y ventanas, en cuanto la vea doblar la esquina, para que no me encuentre, pase de largo y engañe a otra con el cuento ese de crecer.

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Etiquetas: infancia, nostalgia, primera persona
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