El tiempo de los unicienistas

Dentro del tiempo de los unicienistas había tentáculos que ofrecían croquetas y algo que parecía un marciano. Esto no me lo estoy inventando: lo vio Asunto (que no se llama así) cuando lo cogió del cajón del escritorio de su padre con la intención de echarle un vistazo y devolverlo a su sitio sin que nadie se enterase.

Y entonces apareció Asuntillo y quiso jugar con el tiempo.

Asuntillo tampoco se llama así y tiene un par de años menos que Asunto, quien a su vez tiene un par más que Asuntillo. Si es que el tiempo continúa teniendo sentido.

Compartir: