Para Inés
Dime, niña, ¿de quién eres,
toda vestida de rosa?
Dime, niña, si encontraste
ardillitas o babosas;
si tocaste el musgo verde
y te oliscaste las manos,
si oliste que de la muerte
hacen vida los gusanos.
Dime si entre hayas y robles
sorprendiste a un ciervo rojo,
si escuchaste a los mirlos
parlotear con petirrojos.
¿Entre rododendros y hayas
viste volar algún hada?
¿Sobre el cisne, en aquel puente,
navegaba un pillo duende?
Dime, niña, dime cosas
de aquellos terruños verdes;
tráeme un arpa y cien lluvias,
tráeme cuentos que recuerde.
Tu foto son cien gusanos
sobre un recuerdo inerte.