Dos barras de pan

 

Se detuvo una última vez para despedirse.
Después de lo que había pasado, no pensaba que fuera a volver a verlo nunca.

Allí de pie, respiró hondo y se dio cuenta de que había sido más fácil de lo que esperaba.

Había salido de casa como cualquier otro día. Decidió que era mejor no llevar equipaje para evitar llamar la atención. Sonrió a todo el mundo. Iba a la panadería, les dijo.

En lo alto del sendero, se giró por última vez hacia el pueblo y descubrió a dos vecinos charlando despreocupadamente.

Se preguntó cuánto tardarían en descubrir el cadáver.

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