Wunderkinder

Siempre habían ido por delante. Con siete años cursaban bachillerato. En química aprendieron que las flatulencias se componen, principalmente, de gas metano e hidrógeno, ambos inflamables. Y aunque ciertos estudios indican que dos de cada tres personas no expulsan metano en sus gases, el hidrógeno, al parecer, era infalible. Estudiando a Pitágoras supieron que las habas dan ventosidades. Sus padres nunca querían pizza los domingos. Siempre, sieeempre barbacoa. «Yo padre, yo fuego», gruñían como monos alrededor de la parrilla en llamas. Los sorprendieron con un aperitivo de habas, al que añadieron col y judías blancas, pues no había vuelta atrás.

 

Etiquetas: biografía ficticia, relato
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