Memoria

La tonta de mi hermana pequeña dice que no se acuerda pero las dos mayores todavía podemos oler el humo y ver aquella llamarada blanca. Recuerdo que llevaba las trenzas demasiado tirantes y haber estado toda la tarde hurgando en ellas para que no me doliera la cabeza. Estábamos jugando a hacer un pícnic con nuestras muñecas a pocos metros de casa y de pronto una especie de barco apareció en el campo que teníamos delante. Un ser medio oca medio pulpo salió aturdido y la nave empezó a arder. Antes de que los adultos lo vieran todo había terminado.

 

Etiquetas: magia y sobrenatural, primera persona, relato
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