Hay gente que recuerda «el día más feliz de su vida» y ese día resulta ser el de su primera comunión.
Yo recuerdo tan pocas cosas…
Esto es lo que yo recuerdo de mi primera comunión:
Mi abuela me tejió unas bragas rosas de ganchillo. Las estrené ese día. Tenían lacitos. Eran grandes e incómodas. Pero eran de ganchillo.
De vuelta de la iglesia, en el rellano de casa de mis padres, esperé a que subieran primos y tíos para hacer el pino, apoyada en la pared.
Para que me vieran las bragas.
El día más feliz de mi vida.
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