El granizo

¿Te acuerdas de aquel verano que muerticas de calor
del cielo personas vivas caían a borbotón?
¿Si me acuerdo? Claro, amiga, mira, ¡como para no!
Pues estando yo en el rio uno se precipitó
en mitad de mi cabeza, ¡y no veas qué dolor!
Desde entonces miro siempre con cautela si hace sol,
que no tengo la cabeza para tanto coscorrón.
Hoy me han dicho que en el puente ha llovido ya un señor
y como nos descuidemos, donde hay uno siempre hay dos.
¡Corramos a resguardarnos! No quiera esta situación
que se nos caigan encima los vecinos del balcón.

Compartir: