Luna de miel

Si calculo bien y tiro fuerte mientras todos miran a Joan, con suerte la desnuco. Y si no, se quedará inconsciente y se ahogará. No dejes de mirar, no dejes, que no se note. Que parezca que la ayudas, que nadie se explique cómo pudo pasar. Qué enorme desgracia, tan joven, tan enamorada. ¿Cómo pudo resbalar así sin que nadie lo viera? De no ser por Joan, con ese traje de baño tan ceñido, siempre llamando la atención, tendría que aguantar una noche más antes de empujarla a la vía del tren y me iba a volver loco.

Gracias, Joan.

 

Etiquetas: amor, monólogo interior, terror
Compartir: