Para Óscar, papá de Inés y Yago

Papá sabe mil idiomas. Colecciona palabras sencillas y palabras raras. Hornea estrellas fugaces para desayunar y hace espuma de leche con las olas. Cuando la luz se apaga, vuela en nubes cobrizas. Conquista palacios en los que dormimos cien años, pero despertamos siendo el mismo Yago y la misma Inés.
Puede hablar con pandas o castores sin necesidad de traductor.
Pone magia en la voz y ahuyenta nuestros miedos.
Somos su corazón (y sus asuntos).
Aquello que nadie sustituye.
Somos quienes caminan de la mano, mientras él nos enciende el sol cada mañana y siembra flores amarillas en el pan.

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