Tumba, tumba, tumba,
tumba, tumba, ta
de una tumba a otra tumba
hoy venimos a saltar.
A veces los muertitos
salimos a jugar.
Somos niños fantasmas
que parecen de verdad.
Y mañana temprano
desaparecerán
nuestros cuerpos de hueso
y se irán al más allá.
Hasta el año que viene
o en una festividad
siempre que los mayores
nos permitan regresar.
Ellos están cansados
y no quieren estirar
las piernas ni los brazos,
vamos, ni una extremidad.
Pero es muy divertido
correr, saltar, trepar
y que los niños vivos
de la época actual
sin que sospechen nada
se nos puedan acercar.