Selfie

Cada vez que los Merkowitz deseaban tomarse una foto de grupo recurrían a Samantha Merkowitz. Se decía que la niña no era en realidad una Merkowitz pura y, por lo tanto, su ausencia en la fotografía familiar no era significativa. Pero la verdad era que Samantha, además de ser tan Merkowitz como sus parientes, tenía un don exquisito para la composición y otro don sobrehumano para el instante, de modo que no solo conseguía encuadrar a todos los familiares, sin excepción, sino que ninguno salía con los ojos cerrados. Años más tarde, la hija de Samantha Merkowitz inventó el selfie.

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