Me regalaron una cámara en mi primera comunión

Mis padres eligieron un lugar a las afueras, en el Campo de las Primeras Vacas, para comer con todos los invitados a mi primera comunión. Tras la comida los niños jugábamos afuera y los adultos bebían mientras, a lo lejos, las Primeras Vacas parecían no atender, haciendo como que pastaban sin ningún afán. Entonces mi madre propuso estrenar la cámara. Salimos del restaurante y los invitados posaron (algunos ya muy alegres). Las Primeras Vacas se acercaron lentamente para salir en la foto como sin querer. Mi madre se agachó para ayudarme y, ahí, fue cuando se le escapó el pedo.
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