Foto de familia

La madre pidió que la composición de la foto fuera de esa guisa: con la niña detrás, como escondida, como sorprendida en falta, como si la foto estuviera descentrada para pillarla desprevenida. El fotógrafo no entendió el motivo pero, resignado, accedió.
La mujer puso la foto encima de la chimenea, presidiendo el salón. Y a todas las visitas les decía: “¿Ven?, ¿ven como hay un fantasma de una niña que merodea por aquí?”.
Todos asentían entre asombrados y apenados.
Y esta fue la manera más sencilla de poder seguir con su vida como madre soltera en aquellos tiempos tan complicados.
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