Uno de los mayores placeres de la vida es permitirte cambiar de opinión, asomarte al precipicio de desafiar tu pensamiento,[…]
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Una imagen. Cien palabras
Uno de los mayores placeres de la vida es permitirte cambiar de opinión, asomarte al precipicio de desafiar tu pensamiento,[…]
Leer másRecuerdo que te presté un libro, La muerte de Virgilio. No me lo has devuelto todavía, pero nos hicimos novios,[…]
Leer más– La blusa que María llevó el domingo pasado al baile (con un resto de carmín, que no ha salido).[…]
Leer másNos conocimos de una manera bien tonta: yo me reponía de una enfermedad de nombre impronunciable que, tras meses postrada[…]
Leer más– Marusha Stanislovska Dagmar Natasha Iliana Romanóvich… espera un momento. – Debo marcharme. Llego tarde. – No puedes. No sin[…]
Leer másRepetía los pasos, tal y como se los había visto hacer a su abuela muchas veces, con las gafas al[…]
Leer másCuando Varushka Medvedev era pequeña, sus padres tenían escasos recursos, pero soñaban con viajar. Y cuando por fin lo consiguieron,[…]
Leer másMi abuela no bordaba ni se dejaba comer por lobos ni sabía hacer tartas pero sí algo muchísimo mejor: inventaba[…]
Leer másNo me canso de pasar a través de ti, de tu caricia a trompicones, del cricricrí. La forma en que[…]
Leer más[Se asoma.] No, no vienen. Sí, ya, nos hemos dormido, y es tarde, y si vienen mis padres y nos[…]
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