Borroso

Niebla. La ciudad se vuelve borrosa, intimidante. Los edificios se esconden, las personas parecen fantasmas y los árboles extraños monstruos salidos de un relato de Lovecraft. La gran columna en memoria de Nelson parece que está ahí, pero no estoy segura, no me apetece salir a comprobarlo, aquí estoy a salvo, al lado de esta mole de mármol que mi mano puede tocar para saber que es real, que no forma parte de un delirante sueño. Nada es lo que parece. Como esta mujer que está a mi lado ¿será real?

– Disculpe, señorita, me está usted pinchando con el paraguas.

Rocío

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