El negocio va mal

El negocio va mal y vamos a cerrar la casa. La gente ha cambiado. Aún no has terminado de hacer un servicio y ya ves que se aburren. O que solo les interesa la foto contigo. Como si eso fuera posible.

Y me esfuerzo. No por mí, ya ves, sino por la tía Pepa, que es la dueña y necesita el dinero. Cuando me moría de aquella septicemia me dio tanta pena verla llorar al lado de la cama.

Por eso me hice fantasma doméstico, para estar con ella y animarle el hostal. Pero parece que hoy tampoco entra nadie.

 [ajax_load_more post_type=”post” posts_per_page=”20″ category__not_in=”1″ pause=”true” button_label=”Más historias” button_loading_label=”Cargando…”]
Etiquetas: familia, magia y sobrenatural, relato
Compartir: