Tradición familiar

Pues claro que llevo a mis hijos con la cabeza tapada desde que nacieron. Son todo ventajas: no les perderé afecto si resultan ser feos, van siempre abrigados y no tengo que ver cómo dejan de ser niños. Dos ya se me han casado y me traen a los nietos también con la cabeza cubierta, aunque el segundo los lleva descapuchados cuando no están conmigo. Me duele, porque es tradición familiar, pero intento no meterme.

El único inconveniente es que desde hace años hay cuatro personas en mi casa con capucha y llamándome mamá, pero yo solo recuerdo tres partos.

[ajax_load_more post_type=”post” posts_per_page=”20″ category__not_in=”1″ pause=”true” button_label=”Más historias” button_loading_label=”Cargando…”]

Etiquetas: familia, humor
Compartir: