─ Dice Moriarty que si no encontramos el Amuleto del Dragón antes de medianoche inundará la plaza.
─ Deberíamos decirle que Sherlock Holmes no existe, que somos nosotras dos.
─ A él le hace feliz y a ti no te cuesta nada. Un caso más.
─ Eso dijiste con La aventura de la casa vacía.
─ ¿Y si inunda la plaza?
─ Será una piscina.
─ ¿Y el amuleto? El Emperador estará muy agradecido si lo encontramos, lo mismo nos nombras cónsules, o mandarinas, o algo mejor.
─ Eres muy tozuda, Irene. No me extraña que Arthur te diga siempre que sí.
─ ¿Entonces?
─ Sí, pero solo esta vez.
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