—Bienvenida. Siéntese, por favor.
—Gracias, Madame Crochet.
—¿Ha traído la fotografía?
—Aquí la tiene.
Madame Crochet toma la fotografía y cierra los ojos. Cuando empiezo a pensar que se ha quedado dormida, los abre.
—Sé dónde está la persona que busca —dice, solemnemente.
Sin despegar los labios ni hacer ningún gesto que pueda ofrecerle alguna pista, espero, invitándola a continuar.
—La niña que busca es usted. Hace tiempo que soltó su mano, cuando decidió crecer y hacer solo caso de lo que puede ver, pero está deseando volver a su lado. La espera en esos columpios que están ahí fuera.
Etiquetas: diálogo, familia, magia y sobrenatural