Caperucita Rosa no tiene miedo. No teme a lobos, ni a leñadores, ni a la oscuridad del bosque, ni a[…]
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Una imagen. Cien palabras
Yo sólo soy un lobo con una piedra...
Caperucita Rosa no tiene miedo. No teme a lobos, ni a leñadores, ni a la oscuridad del bosque, ni a[…]
Leer más– La blusa que María llevó el domingo pasado al baile (con un resto de carmín, que no ha salido).[…]
Leer másOs avisamos y no nos creísteis, como siempre que una niña os dice algo que parece imposible. Nos miráis con[…]
Leer más– Marusha Stanislovska Dagmar Natasha Iliana Romanóvich… espera un momento. – Debo marcharme. Llego tarde. – No puedes. No sin[…]
Leer más– Llego tarde. – Ya te dije que no había ninguna prisa. – Aun así… me hubiera gustado llegar antes.[…]
Leer más[Se asoma.] No, no vienen. Sí, ya, nos hemos dormido, y es tarde, y si vienen mis padres y nos[…]
Leer más– ¿Cómo dices? – Cuac… – Lo sé, sé que nos están mirando. Cuéntame algo que no sepa… – Cuac[…]
Leer más¡Maldición! ¿Llego tarde? ¡No puedo llegar tarde o la emperatriz me cortará la cabeza! Me zarandeará y me preguntará que[…]
Leer másDejar de pisar el suelo. Dejar de moverme en el aire. Dejar de usar tan solo las piernas para desplazarme.[…]
Leer másSe llamaba Emberiza, pero poco más averiguamos. Hablaba un idioma extraño, nadie sabía de dónde había llegado su familia; apareció[…]
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